El timerosal, el autismo y las vacunas: lo que los padres deben de saber

enero 13, 2016

Autor: Alfonso Zamora

Mucha controversia ha aparecido en los últimos tiempos entre la relación temerosa-vacunas y autismo, aquí explico de forma breve lo que es el timerosal y porque no debemos temerle.

El timerosal es un conservador que contiene mercurio y se encuentra en la vacuna de la influenza; éste se volvió famoso hace algunos años porque lo relacionaron con el autismo. Sin embargo, varios estudios han demostrado que esto no es cierto.

 

A continuación les contaré de manera rápida lo que deben saber del timerosal y el autismo.

 

  1. Los tipos de mercurio

El mercurio se encuentra en la tierra, el agua, el aire etc.., las erupciones volcánicas, el desgaste de las rocas, hasta la combustión del carbón hace que se libere mercurio en el medio ambiente. Una vez liberado, puede ser transformado por varias bacterias que se encuentran en el medio ambiente en metilmercurio (el mercurio malo), éste entra en la cadena alimentaria de todos los seres humanos y en cantidades altas puede ser tóxico.

 

El timerosal, que es el conservador que utilizan las vacunas, contiene una forma distinta de mercurio llamada etilmercurio (el mercurio bueno), y digo “bueno” porque varios estudios han demostrado que el cuerpo humano es capaz de metabolizar este tipo de mercurio sin complicaciones. Los estudios encontraron que el etilmercurio es rápidamente eliminado del cuerpo sin provocar acumulación con sus complicaciones.

 

  1. Estudios que demuestran que el mercurio no provoca autismo

Antes que nada, los estudios que se han realizado en niños intoxicados por mercurio, donde se evalúa la visión, tamaño de la cabeza, coordinación y varias secuelas neurológicas, demostraron que los síntomas son muy distintos a los del autismo.

 

Siempre que una enfermedad se pone de moda, se busca la forma de encontrar la causa. Esto paso con el autismo. Conforme se fue avanzando en las herramientas para diagnosticarlo, cada vez más se fue encontrando. Obviamente, al buscar en niños más pequeños, encontramos que esta población tiene algo en común: en este caso es que se vacunan continuamente, fue por eso que en un inicio se creía que las vacunas tenían algo que ver; sin embargo, posteriormente se comenzaron a realizar estudios comparativos en millones de niños que habían recibido vacunas que contenían timerosal y vacunas que no lo contenían, el resultado fue que el porcentaje de niños con autismo en los 2 grupos era similar.

 

Algo similar pasa con la vacuna de la influenza: al poner la vacuna en temporada de frío, la gente asocia la vacuna con infecciones, sin embargo, si se comparan los dos grupos las personas que se vacunan anualmente contra influenza, tienen muchos menos cuadros de vías respiratorias que los del otro grupo.

 

En Irak, en 1971 se importaron granos que habían sido fumigados con metilmercurio (el mercurio malo), los granjeros comieron pan hecho con estos granos y como consecuencia sucedió una de las mayores intoxicaciones de la historia: aproximadamente 6500 iraquíes fueron hospitalizados y 450 fallecieron. Lo obvio, si el mercurio tuviera una relación con el autismo, sería que en esta población aumentó la incidencia de autismo, pero no, la incidencia fue la misma que en la población general.

 

En el inicio del texto, donde se habla sobre el metabolismo del mercurio, se comenta que el metilmercurio se encuentra en el agua y en todos los seres vivos. Para darnos una idea, la leche materna contiene 15 veces más mercurio que lo que contiene el timerosal de la vacuna de la gripe.