Las necesidades de sueño de los bebés varían según su edad. Mientras que los recién nacidos duermen la mayor parte del tiempo, su sueño se produce en segmentos muy breves. A medida que el bebé crece, la cantidad total de sueño se reduce gradualmente, pero aumenta la duración del sueño nocturno.
Por lo general, los lactantes se adaptan a la conducta de sueño día-noche entre los 4 y 6 meses. Los problemas de sueño más allá de estas edades adoptan muchas formas, como dificultad para conciliar el sueño por la noche, despertarse con frecuencia durante la noche y depender de la alimentación o de ser acunado antes de poder dormirse. Estos problemas están relacionados con expectativas parentales, el temperamento y los ritmos biológicos del niño y las interacciones entre los padres y el hijo.
Los factores que influyen en los patrones de sueño varían según la edad. En los lactantes, los patrones biológicos congénitos son centrales, tu bebé puede presentar ansiedad, pesadillas, actores emocionales y los hábitos establecidos se tornan constantes, normalmente empiezan a padecer a los 9 meses o de los 18 meses. Estos problemas se pueden evitar si los lactantes se colocan siempre en su cuna o su moisés cuando están somnolientos pero aún despiertos y se les permite quedarse dormidos solos. En deambuladores y niños mayores, los factores emocionales y los hábitos establecidos se tornan más importantes.
Para más información consulta a tu pediatra para que se pueda establecer su sueño.
Fuente: Manual MSD