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Influenza vs. Resfriado: Aprende a Diferenciarlos

febrero 4, 2025

Cuando los niños comienzan a presentar síntomas como fiebre, congestión nasal y tos, muchos padres se preguntan si se trata de un simple resfriado o algo más serio como la influenza. Aunque ambas son infecciones respiratorias, hay diferencias clave que es importante conocer para tomar las mejores decisiones en el cuidado de la salud de tus hijos.

Diferencias clave entre la influenza y el resfriado

1. Causa

  • Influenza: Es provocada por el virus de la influenza (tipos A, B, C y D), que circula con mayor frecuencia en ciertas épocas del año.
  • Resfriado común: Puede ser causado por varios tipos de virus, como los rinovirus, adenovirus y coronavirus estacionales.

2. Inicio de los síntomas

  • Influenza: Aparece de manera repentina. En pocas horas, los niños pueden pasar de estar bien a sentirse muy enfermos.
  • Resfriado común: Se desarrolla de forma gradual, con síntomas leves al inicio.

 Síntomas principales

¿Cuándo acudir al pediatra?

Si tu hijo presenta fiebre alta que no cede, dificultad para respirar, cansancio extremo o falta de apetito, es recomendable acudir con su pediatra de inmediato. La influenza puede derivar en complicaciones como neumonía o infecciones del oído, por lo que es importante actuar a tiempo.

Prevención y tratamiento

  • Vacunación: La mejor forma de prevenir la influenza es con la vacuna anual.
  • Higiene: Lavarse las manos frecuentemente y evitar el contacto con personas enfermas ayuda a reducir el riesgo de contagio.
  • Reposo e hidratación: Tanto para la influenza como para el resfriado, es fundamental que los niños descansen y tomen líquidos en abundancia.

Distinguir entre la influenza y el resfriado común permite tomar medidas adecuadas para el bienestar de los niños. Si tienes dudas o notas síntomas de alarma, no dudes en acudir a consulta para recibir la mejor orientación y tratamiento.

Doctores, pediatría

Dr. Christopher Bello: Cuidados en época de frío

diciembre 4, 2024

Con la llegada del frío y las bajas temperaturas, es importante tomar medidas para proteger la salud de los niños especialmente porque su sistema inmunológico es más vulnerable. Aquí algunos aspectos clave a cuidar:

  • Evitar infecciones respiratorias: 

Vacunación: Asegúrate de que estén al día con las vacunas, especialmente la de influenza.

Higiene: Enseñe a los niños a lavarse las manos frecuentemente y a cubrirse la boca al toser o estornudar.

Evitar cambios bruscos de temperatura: Abrígalos bien antes de salir, pero sin sobrecargar, ya que un exceso de ropa también puede ser contraproducente.

  • Ropa adecuada:

Viste a los niños en capaz para que puedan adaptarse a los cambios de temperatura.

Asegúrate de que usen gorros, bufandas y guantes ya que gran parte del calor corporal se pierde por la cabeza y extremidades.

  • Ambientes cálidos y ventilados:

Mantén los espacios bien ventilados para evitar acumulación de virus y bacterias.

Evita el uso de calefactores que puedan generar humo o resecar demasiado el ambiente.

  • Nutrición e hidratación:

Refuerza su sistema inmune con una dieta rica en frutas y verduras de temporada como cítricos (naranja, mandarina y guayaba) que son fuente de vitamina C.

Aunque en invierno se reduce la sensación de sed, asegúrate de que se mantengan bien hidratados.

  • Actividad física:

Fomenta el ejercicio y las actividades al aire libre cuando el clima lo permita. Esto ayuda a fortalecer su sistema inmune y mejorar el ánimo.

  • Cuidado de piel y labios:

Protege su piel del frío con cremas hidratantes y bálsamos labiales para evitar resequedad y grietas.

Es importante prestar atención a síntomas tempranos, como fiebre, dificultad para respirar, tos persistente o irritabilidad, si se presentan cualquiera de estos síntomas consulta a tu pediatra de inmediato para evitar complicaciones.

Doctores, pediatría, Salud infantil

Escarlatina: Todo lo que necesitas saber sobre esta infección común

noviembre 27, 2024

La escarlatina es una infección que puede parecer alarmante, pero con el tratamiento adecuado, tiene un pronóstico excelente. A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta enfermedad.

¿Qué es la escarlatina?

La escarlatina es causada por la bacteria Streptococcus pyogenes, también conocida como estreptococo del grupo A. Aunque es más frecuente en niños de entre 5 y 15 años, puede afectar a personas de cualquier edad.

Síntomas principales

  • Fiebre alta
  • Dolor de garganta
  • Erupción cutánea: Aparece primero en el cuello y el pecho y se extiende al resto del cuerpo. La piel se siente áspera, como papel de lija.
  • Lengua de fresa: Enrojecida y con una textura similar a la de una fresa.
  • Enrojecimiento de las mejillas y palidez alrededor de la boca.

¿Cómo se contagia?

La escarlatina se transmite fácilmente a través de:

  • Gotitas respiratorias al toser o estornudar.
  • Contacto con superficies contaminadas.
  • Uso compartido de utensilios o bebidas.

Complicaciones si no se trata:

Aunque rara, la escarlatina puede provocar complicaciones graves, como:

  • Fiebre reumática.
  • Infecciones en los riñones (glomerulonefritis).
  • Abscesos o infecciones en tejidos cercanos.

Diagnóstico y tratamiento

El médico puede diagnosticar la escarlatina a través de:

  • Examen físico.
  • Prueba rápida de estreptococo o cultivo de garganta.

El tratamiento incluye antibióticos, que deben completarse en su totalidad para evitar complicaciones.

Consejos para los padres:

  1. Mantén a tu hijo en casa si tiene fiebre o está en tratamiento.
  2. Limpia superficies comunes y fomenta el lavado de manos.
  3. Revisa el estado de vacunación, aunque no hay una vacuna específica para la escarlatina, otras vacunas fortalecen el sistema inmunológico.

La escarlatina es una enfermedad que puede controlarse fácilmente si se detecta y trata a tiempo. La clave está en el diagnóstico temprano y seguir las indicaciones médicas.

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La importancia de la vacuna contra la influenza: Protege tu salud y la de los tuyos

septiembre 10, 2024

La temporada de influenza se acerca, y con ella, la oportunidad de protegerte a ti mismo y a tu comunidad a través de la vacunación. Aunque a menudo se subestima, la vacuna contra la influenza es una herramienta crucial para mantenernos saludables durante los meses más fríos del año.

¿Por qué es tan importante vacunarse?

La influenza, comúnmente conocida como gripe, puede parecer una enfermedad leve, pero en realidad, puede causar complicaciones graves, especialmente en niños pequeños, ancianos y personas con condiciones médicas preexistentes. Las complicaciones pueden incluir neumonía, hospitalización y, en casos extremos, la muerte. La vacuna es la forma más efectiva de reducir el riesgo de enfermedad grave y contagiar a otros.

 

¿Cómo funciona la vacuna?

La vacuna contra la influenza estimula tu sistema inmunológico para que produzca anticuerpos contra los virus de la gripe. Esto significa que, si estás expuesto al virus de la gripe, tu cuerpo ya estará preparado para combatirlo. La vacuna se actualiza anualmente para adaptarse a las cepas de virus que se prevé que sean más comunes durante la temporada.

¿Quiénes deberían vacunarse?

Se recomienda que todos, a partir de los seis meses de edad, se vacunen contra la influenza. Sin embargo, es especialmente crucial para ciertos grupos:

Niños pequeños y ancianos: Son más vulnerables a las complicaciones graves.
Personas con enfermedades crónicas: Como asma, diabetes o enfermedades cardíacas, ya que la gripe puede empeorar estas condiciones.
Embarazadas: Protege tanto a la madre como al bebé.
Beneficios adicionales de la vacunación

Además de protegerte a ti mismo, la vacunación también ayuda a proteger a los demás. Al reducir la propagación del virus, disminuyes el riesgo de que otros, especialmente aquellos que no pueden recibir la vacuna por razones médicas, se enfermen. Esta inmunidad colectiva es fundamental para mantener a nuestras comunidades saludables.

Mitos comunes sobre la vacuna

Es importante desmentir algunos mitos comunes:

«La vacuna puede causarte gripe.» Falso. La vacuna contiene virus inactivos o debilitados que no pueden causar gripe.
«Solo es necesario vacunarse si estás en un grupo de riesgo.» Falso. La vacunación es beneficiosa para todos y ayuda a reducir la propagación del virus.

¿Dónde y cuándo vacunarse?

La vacuna está disponible en la mayoría de clínicas, consultorios médicos y farmacias. Se recomienda vacunarse a principios del otoño para asegurar una protección óptima durante toda la temporada de gripe.

Vacunarse contra la influenza es una de las mejores maneras de proteger tu salud y la de tu comunidad. No solo reduces tu riesgo de enfermarte gravemente, sino que también contribuyes a la salud colectiva. Asegúrate de programar tu cita para la vacuna y ayuda a difundir el mensaje sobre la importancia de esta medida preventiva. ¡Tu salud y la de los tuyos lo agradecerán!

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Dr. Poncho Zamora: Enfermedad Mano-Pie-Boca: Todo lo que Necesitas Saber

agosto 22, 2024

¿Qué es la Enfermedad Mano-Pie-Boca?

La enfermedad mano-pie-boca es una infección viral común en niños pequeños, causada por el virus Coxsackie. Se caracteriza por fiebre, erupciones cutáneas en las manos y pies, y úlceras en la boca.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en una combinación de síntomas clínicos y exámenes físicos:

  • Síntomas Comunes: Fiebre, dolor de garganta, erupciones en manos y pies, úlceras en la boca.
  • Evaluación Médica: Su pediatra evaluará los síntomas y, en algunos casos, puede realizar pruebas para confirmar el diagnóstico.

Tratamiento

Afortunadamente, la enfermedad mano-pie-boca suele ser leve y se resuelve por sí sola en 7-10 días. Aquí están algunos consejos para manejar los síntomas:

  • Hidratación: Asegúrate de que el niño beba muchos líquidos para evitar la deshidratación.
  • Alivio del Dolor: Usa medicamentos para el dolor y la fiebre recomendados por su pediatra, como el paracetamol.
  • Cuidados de la Piel: Mantén las áreas afectadas limpias y secas para prevenir infecciones secundarias.

¿Antibióticos?

No, los antibióticos no son necesarios ni efectivos para la enfermedad mano-pie-boca, ya que es causada por un virus y no por bacterias. La mejor forma de tratarla es con cuidados adecuados y siguiendo las indicaciones de su pediatra.

Prevención

  • Higiene: Lava frecuentemente las manos con agua y jabón.
  • Evita el Contacto Cercano: Mantén a los niños afectados alejados de otros niños para prevenir la propagación del virus.

Si tienes alguna pregunta o preocupación sobre la salud de tu hijo, no dudes en consultar con su pediatra. ¡Estamos aquí para ayudarte!

Salud infantil

Conoce más acerca del Sarampión

julio 2, 2019

Seguramente has escuchado acerca de esta enfermedad y lo importante que son las vacunas para evitar su aparición, recientemente la secretaría de salud lanzó una alerta epidemiológica por algunos casos que se presentaron en nuestro país, por esto es importante que conozcas más acerca de esta enfermedad.

El Sarampión es una enfermedad infecciosa muy contagiosa producida por un virus, que se caracteriza por un sarpullido que comienza en la cara y se va extendiendo hacia el cuerpo y las extremidades. Se transmite por vía respiratoria, o sea, a través de los estornudos y la tos. Afecta sobre todo a niños o adultos jóvenes. Después de un periodo variable de tiempo tras el contagio (de 7 a 14 días), el niño comienza con un cuadro de catarro con gran afectación, con fiebre elevada, obstrucción nasal, tos seca y ojos rojos (conjuntivitis), que pueden ir acompañados de malestar general, dolores musculares, molestias con la luz (fotofobia) e hinchazón (edema) en los párpados.

Unos3 días más tarde aparece el sarpullido que se inicia en la cara y se va extendiendo en los 3 días siguientes hacia el cuerpo y extremidades. También Pueden verse en la mucosa de la boca una manchas blanquecinas que son muy típicas de la enfermedad y que pueden ayudar al diagnóstico (manchas de Koplik), aunque permanecen muy poco tiempo. En unos 4 a 6 días, el sarpullido va desapareciendo en el mismo sentido en que apareció, dejando algo de descamación. La recuperación completa se produce alrededor de los 7-10 días del inicio del exantema.

El diagnóstico debe ser confirmado por un médico, ya que suele hacerse únicamente por los signos y síntomas (la clínica) y se necesita algo de experiencia para no confundirlo con otras enfermedades.

Cuando acudir al Pediatra

En los casos típicos, el tratamiento se realiza en el domicilio y está dirigido a los síntomas, por lo que se utilizan antitérmicos para controlar la fiebre (p. ej. paracetamol), lavados frecuentes de los ojos, luz tenue y se aconseja ofrecer líquidos abundantes para prevenir la deshidratación. No sirven antibióticos, a no ser que se haya surgido alguna complicación infecciosa bacteriana, como la neumonía, etc.

Es importante asistir con tu pediatra si sospechas que tu hijo tiene sarampión estuvo en contacto con alguna persona con la enfermedad.

¿Cómo se puede prevenir?

La mejor prevención es evitar el contagio, por lo que, como los humanos somos el único reservorio del virus, si conseguimos que los niños no padezcan la enfermedad, el virus desaparecerá, como ya ha ocurrido con la viruela, otra enfermedad vírica que sí está erradicada.

Por el momento, la manera que tenemos de evitar que los niños padezcan el sarampión es que no entren en contacto con niños que lo padezcan y sobre todo vacunarlos.

La vacuna del sarampión se administra junto con las vacunas de otras dos enfermedades víricas: la rubeola y las paperas (parotiditis), en lo que se conoce como vacuna triple vírica. Los gérmenes que se introducen en el organismos a través de la inyección están vivos pero muy atenuados (no producen la enfermedad), de modo que permiten a los niños producir defensas (anticuerpos) frente a estás enfermedades, evitando que puedan padecerlas en el futuro. La vacuna se administra dentro del calendario vacunal en dos dosis, con la primera tras el primer cumpleaños y la segunda a los 3-4 años de edad, según la comunidad autónoma de residencia.

La vacuna es eficaz, es decir, evita la enfermedad durante el resto de la vida en más del 90 % de los niños con solo la primera dosis. Con la segunda se consigue proteger a la mayoría de los que no quedaron protegidos con la primera. Además, la vacunación evita la aparición de las complicaciones neurológicas graves.

Seguimos recordando la vacunación contra el sarampión

Posted by Cepan pediatría on Saturday, June 29, 2019

 

Salud infantil

¿Cuando hay que llamar al Pediatra?

junio 4, 2019

Cuando se trata de nuestros hijos, cualquier cosa por pequeña que sea, nos alarmará. Durante la infancia son muy comunes las caídas, raspones, enfermedades, alergias, etc, pero ¿Cuando debemos llamar a nuestro pediatra y que información debemos brindar?

Hay síntomas que podemos detectar fácilmente y nos indican un simple resfriado, tos, alguna diarrea leve o el dolor de un golpe, sin embargo también hay signos que nos pueden revelar situaciones más complicadas en las que es necesaria la valoración y tratamiento de un medico, por ejemplo:

  • Vómitos y diarrea que duran más de algunas horas en un niño de cualquier edad.
  • Erupción, especialmente si también hay fiebre.
  • Cualquier tipo de tos o resfriado que no mejore en varios días, o un resfriado que empeore y esté acompañado de fiebre.
  • Cortes que puedan necesitar puntos.
  • Cojera o incapacidad de mover un brazo o una pierna.
  • Dolor de oído con fiebre, no poder dormir ni beber líquidos, vomitar, tener diarrea o actuar como si estuviera enfermo.
  • Secreción de un oído.
  • Dolores graves de garganta o problemas para tragar.
  • Dolores punzantes o persistentes en el abdomen o el estómago.
  • Dolor que empeora o que no desaparece después de varias horas.
  • Una temperatura rectal de 100.4 °F (38 °C) o más alta en un bebé menor de 2 meses.
  • Fiebre y vómitos repetidos al mismo tiempo.
  • Sangre en la orina.
  • Diarrea con sangre o diarrea que no desaparece.
  • No beber líquidos durante más de 12 horas.

Hay algunos consejos que tener en cuenta a la hora de llamar a nuestro pediatra pro ejemplo:

  • Si usted cree que su hijo tiene fiebre, tómele la temperatura antes de llamar. Si su hijo tiene fiebre, anote la temperatura y la hora en la que la tomó.
  •  Recuérdele al médico los problemas médicos anteriores (como asma, convulsiones u otras afecciones). Este atiende a muchos niños por día, y es posible que no recuerde la historia clínica de su hijo.
  •  Asegúrese de mencionar si su hijo está tomando algún medicamento, incluidos los fármacos recetados y los de venta libre, los inhaladores, los suplementos, las vitaminas, los productos a base de hierbas o los remedios caseros. Además de si su hijo es alérgico a algún medicamento
  • Tenga los registros de las vacunas aplicadas al alcance de la mano. Estas son especialmente útiles si su hijo tiene una lesión que pueda requerir una vacuna antitetánica o si hay pertussis (tos ferina) en su comunidad.