Browsing Tag

Sarampión

Salud infantil

Conoce más acerca del Sarampión

julio 2, 2019

Seguramente has escuchado acerca de esta enfermedad y lo importante que son las vacunas para evitar su aparición, recientemente la secretaría de salud lanzó una alerta epidemiológica por algunos casos que se presentaron en nuestro país, por esto es importante que conozcas más acerca de esta enfermedad.

El Sarampión es una enfermedad infecciosa muy contagiosa producida por un virus, que se caracteriza por un sarpullido que comienza en la cara y se va extendiendo hacia el cuerpo y las extremidades. Se transmite por vía respiratoria, o sea, a través de los estornudos y la tos. Afecta sobre todo a niños o adultos jóvenes. Después de un periodo variable de tiempo tras el contagio (de 7 a 14 días), el niño comienza con un cuadro de catarro con gran afectación, con fiebre elevada, obstrucción nasal, tos seca y ojos rojos (conjuntivitis), que pueden ir acompañados de malestar general, dolores musculares, molestias con la luz (fotofobia) e hinchazón (edema) en los párpados.

Unos3 días más tarde aparece el sarpullido que se inicia en la cara y se va extendiendo en los 3 días siguientes hacia el cuerpo y extremidades. También Pueden verse en la mucosa de la boca una manchas blanquecinas que son muy típicas de la enfermedad y que pueden ayudar al diagnóstico (manchas de Koplik), aunque permanecen muy poco tiempo. En unos 4 a 6 días, el sarpullido va desapareciendo en el mismo sentido en que apareció, dejando algo de descamación. La recuperación completa se produce alrededor de los 7-10 días del inicio del exantema.

El diagnóstico debe ser confirmado por un médico, ya que suele hacerse únicamente por los signos y síntomas (la clínica) y se necesita algo de experiencia para no confundirlo con otras enfermedades.

Cuando acudir al Pediatra

En los casos típicos, el tratamiento se realiza en el domicilio y está dirigido a los síntomas, por lo que se utilizan antitérmicos para controlar la fiebre (p. ej. paracetamol), lavados frecuentes de los ojos, luz tenue y se aconseja ofrecer líquidos abundantes para prevenir la deshidratación. No sirven antibióticos, a no ser que se haya surgido alguna complicación infecciosa bacteriana, como la neumonía, etc.

Es importante asistir con tu pediatra si sospechas que tu hijo tiene sarampión estuvo en contacto con alguna persona con la enfermedad.

¿Cómo se puede prevenir?

La mejor prevención es evitar el contagio, por lo que, como los humanos somos el único reservorio del virus, si conseguimos que los niños no padezcan la enfermedad, el virus desaparecerá, como ya ha ocurrido con la viruela, otra enfermedad vírica que sí está erradicada.

Por el momento, la manera que tenemos de evitar que los niños padezcan el sarampión es que no entren en contacto con niños que lo padezcan y sobre todo vacunarlos.

La vacuna del sarampión se administra junto con las vacunas de otras dos enfermedades víricas: la rubeola y las paperas (parotiditis), en lo que se conoce como vacuna triple vírica. Los gérmenes que se introducen en el organismos a través de la inyección están vivos pero muy atenuados (no producen la enfermedad), de modo que permiten a los niños producir defensas (anticuerpos) frente a estás enfermedades, evitando que puedan padecerlas en el futuro. La vacuna se administra dentro del calendario vacunal en dos dosis, con la primera tras el primer cumpleaños y la segunda a los 3-4 años de edad, según la comunidad autónoma de residencia.

La vacuna es eficaz, es decir, evita la enfermedad durante el resto de la vida en más del 90 % de los niños con solo la primera dosis. Con la segunda se consigue proteger a la mayoría de los que no quedaron protegidos con la primera. Además, la vacunación evita la aparición de las complicaciones neurológicas graves.

Seguimos recordando la vacunación contra el sarampión

Posted by Cepan pediatría on Saturday, June 29, 2019

 

Salud infantil

Cómo proteger al bebé de un brote de sarampión

marzo 12, 2019

El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas y también una de las más peligrosas en caso de no existir la vacunación, ya que uno de cada tres niños menores de cinco años que sufren del contagio terminan en el hospital.

Por ello la vacunación es de relevancia, siendo la edad recomendada para la primera dosis de la vacuna contra el sarampión, las paperas y rubéola (vacuna MMR) de los 12 a 15 meses de edad.

Los menores que se aplican la primera dosis de esta vacuna antes de su primer cumpleaños deben aplicarse dos dosis más, una de los 12 a los 15 meses y otra más por lo menos 28 días después.

En caso de que el bebé sea muy pequeño para la vacuna, la mejor forma de protegerlo es manteniendo una buena higiene, así como aquellos que estén en contacto con el bebé, haciendo cosas simples como lavarse las manos con agua y jabón frotándose las manos por lo menos por 20 segundos.

Otras recomendaciones que puedes seguir es: Limitar exponer a su bebés, en especial a personas con síntomas de resfriado; Eliminar los gérmenes desinfectando con frecuencia los objetos y superficies; y Alimentar al bebé con leche materna, la cual cuenta con anticuerpos especiales que ayudan a combatir infecciones.

Respecto a las probabilidades de que el bebé tenga sarampión, muchas dependen del lugar dónde se vive y del porcentaje de personas en su comunidad que están vacunadas contra el sarampión. Tienen mayor riesgo aquellos bebés que son menores de 12 meses y que no han recibido la vacuna contra el sarampión, aquellos que asisten a la guardería, quienes tienen hermanos mayores y los que no son amamantados.

También, toma en cuenta que los niños que se encuentran contagiados de sarampión pueden llegar a tardar hasta cuatro días en mostrar algún síntoma, los cuales pueden ir desde fiebre, tos, goteo nasal, conjuntivitis, sarpullido que resulta molesto e infecciones del oído.

 

Salud infantil

Vacunas y lo que debes de saber de sus efectos secundarios

febrero 26, 2019

Uno de los temas que mayor controversia se han generado acerca de las vacunas es sobre los efectos secundarios que puedan ocasionar, pero este es realmente un problema, hay algo por lo que preocuparse, aquí te lo explicamos.

Primero debes saber que aunque existen informes de efectos secundarios adjudicados a las vacunas, en muchas ocasiones han resultado en casos donde la enfermedad afectó al niño en un tiempo cercano a la vacuna, recordando que los menores están en una etapa donde ciertos problemas de salud se inician.

Casos como este son el de la vacuna de la difteria-tétano-tosferina (DTP) la cual se administra a los dos meses de edad, tiempo de vida en donde el síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL), por lo que se le termina por relacionar con esta enfermedad. Sobre si existe alguna relación, los investigadores concluyeron que el número de muerte estaba en un nivel equivalente al número que se estimaba podía ocurrir por casualidad, por lo que no existe evidencia de una relación.

Otro caso es el que involucra a la vacuna del sarampión-paperas-rubéola (MMR), la cual ha sido vinculada al aumento del autismo. Al respecto, el Comité para la Evaluación de la Seguridad de las Vacunas del Instituto Médico (OM, por sus siglas en inglés), en una investigación no descubrió ninguna evidencia que respaldara dicha conexión, en un estudio que ha sido altamente respaldado.

Los críticos también señalan que las vacunas contra la hepatitis B pueden causar o desencadenar una recaída de la esclerosis múltiple, el Comité para la Evaluación de la Seguridad de las Vacunas (OIM) no encontró un respaldo científico para respaldar la teoría.

Otros de los señalamientos es por el llamado timerosal, un agente de conservación que contiene mercurio, el cual es utilizado como aditivo para las vacunas debido a su capacidad para prevenir la contaminación de las bacterias u hongos. Este agente sería el responsable de causar varios trastornos neurológicos y del desarrollo, que van desde el autismo hasta el trastorno por décifit de atención e hiperactividad y retrasos del lenguaje y del habla.

El Comité para la Evaluación de la Seguridad de las Vacunas (IOM) se encargó de analizar la declaración y concluyó que la evidencia favorece el rechazo de la relación causal entre las vacunas que contienen timerosal y el autismo. Desde el 2001 la mayor parte de las vacunas están disponibles en formulaciones sin timerosal y en el caso de la vacuna del polio y varicela nunca lo han contenido.