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Técnica casera para que los niños aprendan a manejar su frustración y enojo

abril 29, 2021

¿Habías escuchado alguna vez hablar sobre el bote o frasco de los gritos? Se trata de un recurso de educación emocional muy útil y que puedes preparar de forma casera para usarlo con tus hijos en su día a día. Con este tarro, nos centramos en emociones relacionadas con el enfado, el enojo, la frustración y todo aquello que, en ocasiones, a nosotros como adultos, nos gustaría poder gritar para desahogarnos. ¡Muy útil para evitar que los enojos de los niños lleguen a explotar!

Aunque no lo parezca, desde bien pequeños, los niños y niñas pasan por una gran cantidad de emociones al día: pueden estar alegres, enfadados, tristes, frustrados, celosos, etc. Esto conlleva simultáneamente un trabajo por su parte que requiere comprensión, aceptación y control sobre dichas emociones, y no es tarea fácil. Al principio no entienden nada de lo que les ocurre, no saben calmarse o controlarse; es por este motivo, que nosotros como adultos, debemos de acompañarlos en este viaje de las emociones para ayudarlos a saber gestionarlas y a entender por qué les ocurre esto. ¡Nos ponemos en marcha con nuestro frasco de los gritos!

MATERIALES

  • Frasco o tarro con tapa
  • Folio
  • Tijeras
  • Lápiz, crayolas, colores, marcatextos, etc.
  • Pegatinas (opcional)
  • Fotografía (opcional)

Cada vez son más los padres que utilizan esta técnica del frasco de los gritos en casa. Y es que resulta muy interesante para enseñar a los niños a comprender emociones tan complicadas como la ira o la frustración. Si tú también quieres probar a usarlo con tu familia, lo primero que debes hacer es preparar el bote. Una vez que tienes los materiales, es muy sencillo hacer nuestro frasco de los gritos casero (o como se dice hoy en día (Do It Yourself DIY). Sigue el paso a paso:

1. Buscamos un tarro con tapa que tengamos por casa. Se pueden usar botes de todos los tipos: de los que contienen alimentos en conserva, la base de una botella ancha cortada (cuidado para que no queden bordes peligrosos)… Recuerda que si es un bote de cristal, tendrás que tener mucho cuidado al usarlo (por ello, no es apto para los niños más pequeños). Como alternativa, podéis usar botes de plástico para evitar accidentes.

2. Una vez que hemos seleccionado el que será nuestro bote de los gritos (y está completamente limpio) llega el momento de personalizarlo. Te recomendamos que hagas partícipe al niño o la niña en el proceso creativo.

Para decorar nuestro bote puedes poner una fotografía, hacer un dibujo del pequeño, dibujar algo que le represente y/o le guste, o simplemente puedes pegar una pegatina que le llame la atención. También tu hijo o hija puede decorarlo libremente como más le guste. Nosotros hemos optado por poner una etiqueta en la que se puede leer ‘El frasco de los gritos’ para que el niño sepa en todo momento el objetivo de este recurso.

Esto dependerá de la edad del niño o niña con el que lo vayamos a realizar y sus preferencias.

3. Una vez tengamos el dibujo o sepamos cómo lo vamos a personalizar, lo pegamos en el bote o frasco y lo dejamos en un lugar que esté siempre al alcance de los niños y niñas y sea visible.

¿Ya tienes listo el bote de los gritos? ¡Excelente! Vamos a aprender ahora cómo utilizar este recurso para que forme parte de los recursos de educación emocional que pones a disposición de tu hijo o hija.

– Cuando el niño muestre enfado, enojo, frustración, y veamos que necesita desahogarse, que siente esa necesidad de gritar o de un momento a otro explotará, es el momento idóneo para pedirle que coja su frasco de los gritos. Le pediremos que abra su bote de los gritos y grite con todas sus fuerzas dentro de él.

– A continuación, le diremos que lo cierre bien fuerte para que el grito no escape. Es importante tener en cuenta que solo es válido un grito por cada enojo.

De esta manera conseguiremos relajar de inmediato al niño o niña y podremos hablar con él sobre lo que ha pasado. Al proponerle esta técnica cuando vemos que el enojo está cerca (tú, como madre o padre de tu hijo o hija eres quien mejor sabe anticiparse cuando la explosión emocional está próxima), conseguiremos desviar su atención y ayudarle a desahogar el grito. De esta forma, evitaremos que el berrinche llegue a estallar.

Es importante que el niño o niña conozca bien el funcionamiento del frasco y sus normas antes de ponerlo en práctica. Esto significa que les debemos información y recordárselas de vez en cuando para que no se le olviden.

Al principio tendremos que recordarle que puede usarlo, después ya se acordará de que lo tiene a su disposición. Te sorprenderá que, incluso, te lo pedirá siempre que lo necesite. Será un recurso de gestión emocional que le ayudará mucho y que, incluso, lo podemos usar nosotros los padres para manejar nuestros propios enfados y frustraciones.

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