Los antibióticos son uno de los más grandes avances de la medicina y su uso para tratar diversas enfermedades se ha popularizado en los últimos años; pero así como su uso es de lo más común, mucho padres (primerizos y no primerizos) creen que los antibióticos son la solución a cualquier enfermedad y esto no es verdad. A continuación explicaremos, a grandes rasgos, que tratan los antibióticos y porque no se debe abusar de ellos.
¿Para qué sirven los antibióticos?
Hay dos tipos principales de gérmenes que causan las enfermedades: los virus y las bacterias; ambos pueden causar síntomas parecidos, pero su método de propagación y multiplicación son diferentes.
Las bacterias son microorganismos vivos, que están en todo el ambiente y aunque muchas veces no son peligrosas, hay algunas que son nocivas y se reproducen dentro del cuerpo, interfiriendo sus procesos normales. LOS ANTIBIÓTICOS FUNCIONAN CONTRA LAS BACTERIAS, ya que las matan e impiden que se sigan esparciendo.
Los virus no están vivos y solo se reproducen después de haber infectado células vivas. El sistema inmunológico combate a algunos virus, pero otros necesitan tratamiento. LOS ANTIBIÓTICOS NO FUNCIONAN CONTRA LOS VIRUS.
¿Qué pasa cuando se abusa de los antibióticos?
Cuando una persona o, en este caso, un pequeño toma antibióticos muy seguido, su cuerpo comenzará a crear lo que se conoce como resistencia bacteriana o resistencia a los antibióticos, lo que a futuro hará que curar enfermedades causadas por bacterias sea mucho más difícil y que estas mismas se puedan desarrollar en infecciones más graves (neumonía, otitis, meningitis, tuberculosis, etc.)
Antes de automedicar a su pequeño o darle un antibiótico por un resfriado común, lo más aconsejable es acudir al pediatra, para que se pueda llevar acabo un chequeo completo y así saber que tipo de medicamentos necesita tu pequeño. OJO: AUNQUE EL MÉDICO LE HAYA DADO ANTIBIÓTICO, ES MUY IMPORTANTE NO SEGUIRLO ADMINISTRANDO DESPUÉS DE LOS DÍAS SUGERIDOS.
