Salud infantil

Cólicos del lactante: ¿Qué son, causas y cómo identificarlos?

septiembre 10, 2019

Sabemos que es normal que tu bebé llore, pues es la única forma que tienen para hacer saber sus necesidades, si tiene hambre, frío, sueño, etc. Pero qué pasa cuando el llanto no cesa y no es ninguna de las situaciones antes mencionadas. Los cólicos en bebés son muy comunes, la definición más extendida del cólico del lactante habla de un llanto intenso al menos 3 horas al día, 3 días a la semana durante al menos 3 semanas en un bebé sano y bien alimentado.  Es algo bastante frecuente, pues en torno a una cuarta parte de los niños padecen estos cólicos durante los primeros meses de vida.

Suelen aparecer a partir de los 15 días de vida, siendo especialmente frecuente en torno al mes y medio y desapareciendo hacia los 4 meses de edad. Por esa razón se conocen también como cólicos del primer trimestre.

Y aunque las causas no se conocen a ciencia cierta, son muchos factores los que pueden influir, como factores psicológicos y sociales, una excesiva estimulación del bebé, una respuesta exagerada o ansiosa ante su llanto, cambios constantes en la rutina diaria, así como el cansancio y la inexperiencia de los padres (es más frecuente en el primer hijo).

Por parte del bebé puede existir una hipersensibilidad ante determinados estímulos. También se plantean causas digestivas, como la propia inmadurez del aparato digestivo de los bebés, con mucha facilidad para que las fibras musculares del intestino se contraigan generando cólicos dolorosos y dificultad para expulsar los gases. Pueden influir alteraciones en la flora bacteriana intestinal o la presencia de estreñimiento.

En cuanto a la dieta, hay pocas diferencias entre el tipo de lactancia, aunque con leche materna son algo menos frecuentes. La alergia a las proteínas de la leche de vaca puede ser un desencadenante de los cólicos en una pequeña parte de los casos, que mejorarían al usar una fórmula láctea especial o al retirar los lácteos de la dieta de la madre en el caso de que reciba leche materna.

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¿Cuáles son sus síntomas?

Lo característico de los cólicos del lactante son ataques de llanto de inicio repentino, más frecuentes durante la tarde y la noche, que pueden durar desde unos minutos a varias horas. El bebé suele encoger las piernas sobre el abdomen y cerrar los puños, manteniéndose vigoroso y con la cara enrojecida por el esfuerzo. Cuando el llanto cede, se vuelve a encontrar con un aspecto normal.

¿Qué puedo hacer?

  • Madres lactantes. Evita tomar estimulantes como la cafeína y el chocolate. En la medida de lo posible, prueba a eliminar de tu alimentación los productos lácteos y las nueces durante un tiempo, ya que pueden causar reacciones alérgicas en el bebé. Además, dicen que las madres que están amamantando deben evitar el brócoli, la lechuga, los frijoles y otras comidas que producen gas. No obstante, no hay mucha evidencia de que estos alimentos sean un factor desencadenante de los cólicos en los lactantes. Por otra parte, consulta con el pediatra y tu médico sobre la medicación que estás tomando, para identificar el compuesto químico de los fármacos y valorar si puede pasar a tu bebé a través de la leche materna.
  • Leche de fórmula. Si el bebé se alimenta con leche de fórmula, utiliza biberones adaptados con tetinas anticólicos, que ayudan a que el bebé trague menos aire durante la toma. Evita la alimentación en exceso o una ingesta demasiado rápida.
  • No existen remedios universales para los cólicos del lactante. Es importante entender que es un trastorno benigno que acaba desapareciendo por sí solo con el tiempo (es raro que dure más allá de los 4 meses de edad) y en el que la familia debe armarse de paciencia. Su pediatra le ayudará a descartar que el llanto se deba a otro tipo de problemas o a alguna enfermedad, pero es difícil que encuentre una solución eficaz y rápida como todos desearían.

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  • Lo primero, tras comprobar que el bebé está limpio y no tiene hambre, es tomar al niño en brazos para reconfortarlo, buscando la posición en la que se encuentre más tranquilo (boca arriba o abajo, horizontal o vertical, con los brazos o sobre su pecho, etc.) intentando transmitirle tranquilidad. Un suave masaje en la espalda o en el abdomen puede ayudar.
  • Si el bebé hace las tomas con mucha avidez es posible que trague mucho aire. Para ayudarle a eliminar los gases recuerde sujetarlo unos minutos después de la toma en posición vertical para que pueda expulsarlos eructando. Si toma leche materna, es importante segurarse de que el bebé vacíe bien un pecho antes de cambiarlo al otro, pues la leche que sale al vaciar por completo el pecho es más rica en grasa y energía, por lo que sacia mejor el hambre.

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