El dolor abdominal o de estómago es común en los niños, especialmente durante el primer año del bebé. Si bien su bebé aún no puede decirle cuándo le duele el estómago, es posible que note algunos signos de incomodidad. Podrían ponerse muy quisquillosos y retorcerse, por ejemplo, y tener un cambio en sus patrones de defecación, sueño o alimentación.
Existen muchas razones diferentes para el dolor abdominal. A continuación presentamos algunas de las causas que pueden molestar a los bebés.
Cólicos
Los cólicos afectan aproximadamente a uno de cada cinco bebés. Se definen como un aumento de la irritabilidad o el llanto que dura tres horas al menos tres veces por semana. Los cólicos por lo general comienzan unas pocas semanas después del nacimiento de los bebés y desaparecen cuando tienen alrededor de tres meses.
Más allá de los episodios de llanto, los bebés con cólicos están sanos. No deben exhibir ningún otro síntoma (como por ejemplo, somnolencia excesiva, pérdida de peso, mala alimentación, vómitos o deshidratación). Si le preocupa que su bebé tenga cólicos, haga que su pediatra lo evalúe para descartar otras causas de irritabilidad e incomodidad.
Exceso de gases
Todos los humanos producimos gases, incluso los más pequeños. Los gases pueden ser especialmente incómodos para los recién nacidos, que todavía se están acostumbrando a las sensaciones de los gases y están aprendiendo a dejarlos pasar. La acumulación de gases causa molestias, pero no es peligrosa. El dolor a causa de los gases suele alcanzar su punto máximo a las 6-8 semanas de vida y mejora drásticamente a los 3 meses de vida.
Alergia a la proteína de la leche (u otras intolerancias a las proteínas de la dieta)
La intolerancia a la proteína de la leche de vaca (también llamada alergia a la proteína de la leche) es una respuesta anormal del sistema inmunitario del cuerpo a una proteína que se encuentra en la leche de vaca. La alergia a la proteína de la leche es muy común en los bebés. Los bebés con esta afección también podrían tener intolerancia a otras proteínas en la dieta, incluida la soya.
No hay pruebas específicas para la alergia a la proteína de la leche. Se diagnostica según los síntomas de su bebé. Los síntomas podrían incluir dolor al comer (espalda arqueada, irritabilidad), vómitos, sangre o mucosidad en las heces y pérdida o aumento escaso de peso.
Estreñimiento infantil
Si su bebé tiene heces duras, poco frecuentes y, a veces, dolorosas, es posible que esté estreñido. Junto con el dolor abdominal, los síntomas del estreñimiento pueden incluir vómitos o sangre de color rojo brillante en las heces o al limpiarlo. Siempre que encuentre sangre en las heces de su bebé debe informar a su pediatra.
El estreñimiento puede desencadenarse por enfermedades, deshidratación, cambios en la dieta, falta de agua (si tiene más de 6 meses) y cambios en la rutina. Los momentos comunes en los que los niños se estriñen incluyen la transición a alimentos sólidos, el control de esfínteres y el comienzo del preescolar o la escuela. Algunos niños también retienen las deposiciones después de experimentar dolor al evacuar las heces. Es importante abordar el estreñimiento desde el principio, ya que el problema puede empeorar rápidamente, en particular si se retienen las heces.
Infecciones gastrointestinales (GI)
Muchos tipos de infecciones pueden causar dolor abdominal en los bebés. Pueden causar vómitos, diarrea, fiebre e incluso sangre en las heces. La causa de las infecciones estomacales generalmente proviene de un virus, pero también pueden ser causadas por bacterias. Las infecciones estomacales virales se curan con el tiempo y los tratamientos como los antibióticos no acortarán la duración de los síntomas. Se recomienda la atención de apoyo, que incluye fomentar la hidratación y tratar la fiebre y el dolor
Reflujo y enfermedad por reflujo gastroesofágico (GERD)
El reflujo es el movimiento del contenido del estómago hacia el esófago y, a veces, hacia la boca. Los síntomas del reflujo son más pronunciados en los bebés, debido a que el músculo entre el estómago y el esófago (esfínter esofágico inferior) no está completamente formado. Este músculo se contrae para ayudar a retener los alimentos en el estómago y evitar el movimiento hacia atrás en el esófago. El músculo se vuelve más fuerte durante la infancia y se termina de desarrollar completamente a los 2 años
Fuente: healthychildre.org